"Los afanes de una vida"
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EL LVI CURSO DE VERANO PARA EXTRANJEROS DE LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA EN JACA25/04/1986 |
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Nos impresiona pensar que se acerca el 60 aniversario de aquel lejano día, 19 de agosto 1926, en que el fundador Miral anunció en el Teatro Variedades, pronto desaparecido y superado por el Unión Jaquesa también derruido, su fecundísima idea de los Cursos de Verano. Acaso es el que firma el único superviviente de aquella efeméride académica y local, que consideramos decisiva en la vida jaquesa. El hecho es que los cursos, apoyados en la base material imprescindible de la residencia Universitaria, han sido planta perfectamente arraigada en el suelo jaqués. Se han sucedido regímenes políticos, nombres y nombres en el Rectorado de Zaragoza, se ha atravesado revoluciones y guerras, y los Cursos siguen, con la única interrupción de cuatro veranos 1937-1940 durante las guerras española y mundial II. Cada dirigente ha impreso carácter a su acción, ha defendido ideas y orientaciones expresivas de su manera personal, su formación y su concepción general de la misión. Los Cursos han ido a más y muestran, ante todo, una nota de seriedad y eficacia, mucho más cerca del denso esfuerzo estudiantil intensivo que de cualquiera ligera orientación puramente de veraneo o de descanso. El nombre de Jaca está en las Universidades de Europa y del mundo todo por estos Cursos. Más de 8.000 extranjeros de más de 50 países los han visitado y dan permanente referencia de su atractivo. Con la llegada a edad de jubilación del Director desde 1969, Catedrático Serafín Agud Querol que ha aceptado briosamente sin embargo seguir en la brecha con el título de Director Adjunto, se cierra realmente la etapa miraliana. Agud fue discípulo de Griego de D. Domingo y ha sido un patentísimo heredero de sus maneras austeras, dinámicas y casi agresivas en la noble exigencia hacia sí mismo y hacia los demás. La ciudad de Jaca, que honró a Agud con la distinción del Sueldo Jaqués, queda siempre en deuda con él. Ha sucedido con máxima brillantez al propio D. Domingo, a Camón Aznar, a Vicente Gómez Aranda, a José María Lacarra. Esa es la galería de Directores y responsables de la ingente tarea. Un nombre nuevo, juvenil, ilusionado, simpático y esperanzador aparece. La nueva Directora y Delegada del Rectorado es la Dra. María Antonia Martín Zorraquino, Catedrática en la Facultad de Letras de Zaragoza, de gran raigambre familiar allí, hija del bien recordado Juan Martín Sauras, Catedrático largos años en la Facultad de Ciencias y presente muchas veces en los Cursos de Jaca. El relevo se hace con prudencia y con elasticidad, juntando la experiencia del continuista Agud con el lógico deseo innovador de la Dra. Martín Zorraquino, que a su vez no es nueva en Jaca pues ha trabajado quince veranos aquí. |
Forzosamente surge el pensamiento de plantearnos la dualidad Universidad y Jaca en el remoto 1927 del Curso I y la misma en estos momentos. La Universidad es otra, con unos claustros y órganos de decisión ampliamente representativos y a la vez heterogéneos. El Jaca de hoy no es el de hacia 60 años. La propia Universidad lo ha elevado, le ha ayudado a crecer y a autoconcienciarse. Nuestro deseo de veterano es el de augurar el máximo acierto a estos dirigentes y desear también que cuanto de bueno se ha observado en el más de medio de siglo se perpetúe y siga. La presencia en los actos inaugurales de las primeras Autoridades académicas, Rectores, Decanos, amplios equipos de profesores, contacto y venida también de las autoridades nacionales, regionales y provinciales, además de las naturalmente locales de inquebrantable fidelidad a lo universitario. Las ayudas que en otros momentos se recibieron de Madrid, de Zaragoza, de Huesca, que hicieron posible la Residencia como eje del esfuerzo que es deber moral de cuantos defienden lo cultural prodigarlas a esta obra prodigiosa. Con una mezcla de admiración y a la vez de noble estímulo, sana envidia diríamos, vemos el volcarse en cientos de millones del Estado central para la Universidad de Santander, que nació a la vez que la de Jaca. Y en medio de todo esto, la población de Jaca debe prodigar su cariño, y su simpatía a los universitarios, extranjeros y nacionales. La ayuda local, dentro del natural ajuste de necesidades, no debe quedar atrás frente a otras iniciativas, antiguas o modernas, folklóricas o deportivas. El propio palacio de Congresos, admiración de cuantos nos visitan, se puede decir que es un hijo de la Universidad. Especial llamada a la juventud jaquesa queremos hacer. Desde nuestra veteranía solo le pedimos que se vincule en su propio provecho a lo universitario, que para nosotros ha sido motivo de satisfacción, de íntimo goce, de ilusión y de esperanza.JUAN LACASA LACASA
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