"Los afanes de una vida"
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SALUDO A LA ASAMBLEA DE TURISMO10/09/1949 |
España, país milenario, es desconocido de los propios españoles. Generaciones completas pueden pasar sobre esta tierra sin que la curiosidad, el afán viajero, lleve a unos españoles a las contiguas tierras de sus vecinos regionales. La técnica de los transportes, superándose desde la mula al avión de cien plazas, pone el mundo en la mano, y los países se hacen pequeños, interpenetrables, enlazados por invisibles líneas, por huellas aéreas que materializan la red, imaginariamente alámbrica, de meridianos y paralelos. España es, para el propio español, para el extranjero de cualquier procedencia, el país admirable y extraño, de inmenso contraste geográfico, desde la nieve perpetua a la fronda tropical, y de cruce incesante del labor humano desde los subterráneos perfiles de Altamira hasta las reconstrucciones, resurrecciones, el último decenio, tras nuestra guerra, pasando por los acueductos romanos, por la severidad visigótica y románica, el volar del gótico y la pompa del barroco, más la impregnación oriental que los árabes nos dejaran. Archivos, códices, palacios, catedrales, pinturas, tallas, un universo de Arte, contenido en variadísimo paisaje, de pardo y de verdor, de costas bravías o apacibles, de llanadas, riberas y montañas. Por España hay repartidos, en las urbes, en las ciudades modestas, en las oficinas ministeriales o en las pequeñas sociedades provincianas, unos hombres que trabajan para mostrar a su país. Esos hombres editan folletos, informan, reciben a los viajeros, defienden el patrimonio artístico, piden comunicaciones y servicios, gritan las necesidades de cada rincón valioso, trabajan juntos, elevan al gobierno, anualmente, sus peticiones razonadas. Esos hombres han pasado, año tras año, por las costas atlánticas de Vigo o de San Sebastián, por las mediterráneas de Sitges o de Málaga, por las islas españolas... Y este 1949 corresponde a Aragón, a Zaragoza, Huesca y Jaca; muy especialmente a ésta, el recibirles y mostrarles nuestro país, el alzamiento pirenaico y el tesoro románico de nuestra Catedral y de San Juan de la Peña. Esos cien viajeros de todas las provincias llegarán a Jaca en la tarde del domingo y vivirán aquí, en el marco limpio y acogedor de la Residencia Universitaria, para visitar nuestros Valles y asomarse a Francia, para laborar un año más en la tarea turística; celebrando la XIV Asamblea Nacional de los Centros de Iniciativa y Turismo. Y Jaca, cuya representación ha asistido con singular constancia a las reuniones precedentes; y que es conocida en esos medios como especialmente interesada en atraer para sí las corrientes viajeras extranjeras y españolas, se enorgullece al unir su nombre modesto a los de tan profunda raigambre turística que le han precedido, y quiere que todos los visitantes se lleven de aquí el mejor recuerdo. El que puedan dejar en ellos nuestra manera cordial, afectuosa, sentida, de recibirles. Ellos serán, si así sucede, los mejores propagandistas de nuestra tierra altoaragonesa. JUAN LACASA LACASA |